Siempre he admirado a los que hacéis pan casero pero el ponerme a amasar siempre lo iba aplazando hasta que me decidí con este pan que tienen la particularidad de la harina de garbanzo. Es una harina bastante aromática y con sabor. El resultado satisfactorio aunque la costra no me quedó crujiente y no sé si es por utilizar este harina o por la receta en sí, de todos modos volveré a ponerme manos en la masa.
Como principiante con el pan, saqué ideas y consejos del blog "Ma petite boulangerie" que explica el proceso con todo detalle.
Ingredientes
375 gr de harina de fuerza
200 gr de harina de garbanzo
350 ml de agua
225 gr de pasta fermentada
7 gr de levadura de panadero
1 cucharadita de sal
Para la pasta fermentada
125 gr de harina de fuerza
90 ml de agua
1/2 cucharadita de levadura de panadero
Una pizca de sal
Preparación
Empezamos preparando la pasta fermentada. Mezclamos todos los ingredientes hasta obtener una masa homogenea. Tapamos con film y dejamos reposar en la nevera durante una noche para que doble el volumen.
Para preparar el pan, mezclamos los dos tipos de harinas junto con el agua, cubrimos con un paño y dejamos reposar durante una media hora.
A continuación, añadimos la sal, la pasta fermentada ya reposada y la levadura. Amasamos hasta obtener una masa elástica. Pulverizamos con agua y dejamos reposar durante una hora aprox. hasta que doble nuevamente el volumen.
Volvemos a amasar sobre una superficie ligeramente enharinada y cortamos las porciones para formar los panecillos (según el tamaño que los deseemos) Damos forma y colocamos en la bandeja del horno, hacemos unos cortes y enharinamos ligeramente por encima. Dejamos reposar, tapados con un paño, otra hora más o hasta que doblen el volumen (ver imagen)
Precalentamos el horno a 230º y pasado el tiempo de fermentado, horneamos durante 30 minutos. Disponemos un bol con agua dentro del horno para formar vapor.
Dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.
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