Unos bombones handmade son de esos detalles que siempre gusta tanto regalar como recibir. Lo que cuenta es el detalle y el cariño que se deposita a la hora de hacerlos.
Éstos son los primeros que hago y aunque están muy buenos reconozco que debo seguir practicando para mejorar el aspecto. Los próximos seguro que salen mejor.
Ingredientes
150 gr de chocolate negro (60% cacao)
Avellanas
2 cucharadas de azúcar
Para el praliné blanco
100 gr de chocolate blanco Nestlé postres
50 ml de nata 35% M.G
Preparación
Troceamos el chocolate negro reservando 1/3 parte. Calentamos en el microondas a baja potencia y con cuidado para que no se queme, mejor en periodos de tiempo cortos. Para atemperarlo, incorporamos el chocolate que habíamos reservado, así se deshará con la temperatura residual y ésta bajará. También podemos atemperarlo vertiéndolo sobre el mármol y removiendo (éste proceso más engorroso)
Mis moldes tienen forma de flor, por lo que la parte central la he decorado con chocolate blanco pero se pueden hacer todo de un mismo chocolate, al gusto.
Rellenamos los moldes de chocolate hasta arriba, damos unos golpes para eliminar posibles burbujas de aire y los giramos boca abajo para eliminar el exceso de chocolate que caiga sobre un bol. Limpiamos bien la superficie de los moldes y dejamos enfriar hasta que endurezca.
Preparamos el praliné blanco. En un cazo calentamos la nata y cuando empiece a hervir retiramos del fuego y añadimos el chocolate blanco. Removemos hasta que se deshaga y dejamos atemperar.
Mientras, en otro cazo, incorporamos el azúcar para caramelizar las avellanas. Dejamos que el azúcar se deshaga, sin tocarlo, hasta que se convierta en un caramelo rubio. Bañamos las avellanas una a una en el caramelo y retiramos sobre un papel sulfurizado hasta que endurezcan.
Volvemos con los bombones. Rellenamos cada cavidad con el praliné de chocolate blanco, sin llegar al borde, y en el centro introducimos una avellana. Dejamos enfriar de nuevo hasta que endurezca.
Por último, volvemos a calentar el chocolate negro que teníamos en el bol y rellenamos hasta llegar al borde. Alisamos la superficie con una espátula y dejamos enfriar completamente. Una vez estén duros los podremos desmoldar.
Conservar en un lugar fresco, nunca en la nevera.
NOTA: El proceso de atemperado es muy importante para romper los cristales que se forman en el proceso de refinado del chocolate y así conseguir un resultado óptimo en cuanto a brillo y desmoldado de los bombones. Para hacerlo de manera profesional hay que respetar las temperaturas, calentarlo hasta llegar a 40-45º, atemperar hasta 25-30º y volver a calentar hasta 35º. Yo no lo he hecho al dedillo, así que los puristas que miren hacia otro lado. Si tenéis ocasión de hacerlo el resultado será óptimo.
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